Había una vez un Samurai que solía tener la costumbre de pasear con su perro al cual tenía una gran estima.

Un día su perro se alejo de el y jugueteaba con las hojas que caian de los arboles. Mas grande fue la sorpresa del Samurai, cuando de repente su perro se lanzo corriendo contra el con aire fiero.

El Samurai, que estaba bien entrenado desenvaino su espada y justo cuando el perro salto le corto la cabeza.

El Samurai no entendio porque de repente su fiel perro se puso en contra suya.

Entonces elevo la cabeza y vio como una serpiente, que estaba en una rama, se estaba acercando peligrosamente a el. Cuando el Samurai comprendio que lo que intentaba su perro era salvarle y no lastimarle lloro amargamente.

Fue entonces cuando recordo una vieja enseñanza de su maestro:

"El sentido de una accion no siempre es facil de interpretar por eso, antes de desenvainar tu espada, asegurate que esa es tu unica opcion."

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